En consulta suelo escuchar a menudo que hombres y mujeres dicen -a propósito de las actuales relaciones que establecen las parejas- "Bueno, entre nosotros no hay papeles, ni bienes compartidos, ni hijos" frase que quiere significar que lo único que los mantiene es una voluntad y que al no haber otro aditamento, parece que la relación es más "light" y por lo tanto en cualquier momento puede terminarse, sin más costo que recoger el espinel e irse a pescar a otra parte.
Por mi parte, creo que lo que mantiene unida a una pareja es un sentimiento, que dependerá de cual sea su estadio y circunstancia se podrá desdoblar en un abanico de posibilidades que va desde el enamoramiento, a una fuerte atracción sexual, a un profundo afecto, al amor, etc.
Priya es lo preciado, significa "querido/a" en sánscrito. Y en védico alude a la relación espiritual y por lo tanto a la mutua pertenencia.
Priya es lo preciado, significa "querido/a" en sánscrito. Y en védico alude a la relación espiritual y por lo tanto a la mutua pertenencia.
Y cualquiera de esos sentimientos con sus estados y circunstancias, al momento de su fin, tienen sus costos.
Creer que la inexistencia de cosas externas puede hacer menos gravosa la separación, es desconocer por completo la psiquis humana.
Por el contrario, quizás esas parejas que no compartían bienes o compromisos institucionales, todo lo que tenían de importante era :
-El recuerdo del momento en que se conocieron
-El perfume de las feromonas del otro
-El calor de su piel
-La anatomía del placer
-La primera vez que hicieron el amor
-La comunión de los cuerpos
-El juramento de amor eterno en algun momento
-Y la consecuente creencia de que nunca serían abandonados
-Aquella vez que...
-Cuando compartían la música, los libros...
-Todas las horas que pasaron mirándose, hablándose, besándose, tocándose
-Y fundamentalmente todas las horas que tuvieron para soñarse, extrañarse y pensarse.
Esa confirmación de que el otro le hace al uno, va convirtiéndose en formas de cosmovisión conjunta y de identidad, que al momento de su fin conmueven el fuero interno y desvastan a pesar de no haber formas externas que contengan esa mutua pertenencia.
Creer que la inexistencia de cosas externas puede hacer menos gravosa la separación, es desconocer por completo la psiquis humana.
Por el contrario, quizás esas parejas que no compartían bienes o compromisos institucionales, todo lo que tenían de importante era :
-El recuerdo del momento en que se conocieron
-El perfume de las feromonas del otro
-El calor de su piel
-La anatomía del placer
-La primera vez que hicieron el amor
-La comunión de los cuerpos
-El juramento de amor eterno en algun momento
-Y la consecuente creencia de que nunca serían abandonados
-Aquella vez que...
-Cuando compartían la música, los libros...
-Todas las horas que pasaron mirándose, hablándose, besándose, tocándose
-Y fundamentalmente todas las horas que tuvieron para soñarse, extrañarse y pensarse.
Esa confirmación de que el otro le hace al uno, va convirtiéndose en formas de cosmovisión conjunta y de identidad, que al momento de su fin conmueven el fuero interno y desvastan a pesar de no haber formas externas que contengan esa mutua pertenencia.
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