lunes, 26 de abril de 2010

LOS AMORES CONCOMITANTES


Anoche vi la película "Los amantes del café Flore", basada en las biografías y relación de Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir.
La vi detenidamente por varios motivos. El primero es la fascinación que estos personajes pudieron ejercer sobre la intelectualidad de mediados del siglo XX; el segundo, por sus impresionantes obras filosóficas y literarias y sus consecuentes huellas; por último- y quizás más importante- una modalidad que trata de imponer un "revival" de aquella manera peculiar que tuvo esta pareja para relacionarse.
Cuando se leen algunas páginas de sus biografías, pareciera que fueron los hacedores de los lineamientos del amor de pareja y la libertad.
Es más, quizás pueda leerse con la liviandad suficiente como para pensar que ciertas conductas se daban en el vacío y casi sin consecuencias graves para los participantes.
La sería más o menos así. Jean Paul Sartre realiza un acuerdo con Simone de Beauvoir por el cual han de formar una pareja basada en la lealtad por siempre no obstante los devenires amorosos de ambas partes. Cosa que efectivamente cumplieron. En dicha propuesta, el dice que ella le es necesaria, pero en su carácter de escritor y de dar testimonio tiene que sentirse "vivo". "Ud. me es necesaria, los otros son amores concomitantes."
Concomitante es un adjetivo que se usa para fenómenos y no para personas. Imagino que Sartre lo sabría muy bien.
Tengo que reconocer que más allá de su obra, la presencia de Jean Paul nunca fué de mi agrado. Demasiado bajo, con estrabismo, unos dientes desalineados y manchados, viscoso en su hablar, presuntuoso. En cuanto a Simone, todo dependerá de los gustos, inclusive de la época en que fueron tomadas las fotos. No obstante, creo que fue bastante bonita.
Bien, una cosa es leer algunos datos de su vida y otra es demorarse en los detalles de la vida amorosa como hace la película.
A él se lo muestra como pude imaginarlo, jactancioso, querulante. Y a ella batalladora aunque siempre consintiéndo las propuestas de él.
Si bien Simone tiene una amante mujer (su alumna Lumi), pronto él se la disputará, inclusive ella deberá abogar por convencerla para que esté con él.
Pronto Simone confiesa sus celos enfermizos y le pide que la deje libre, pues en ese tipo de relación, ella dificulta poder estar con otro hombre.
Las escenas se suceden, inclusive la vida en grupo, lo que llamaban "la p´tite famille". Lo cierto es que tal como lo muestra la película siempre fue un acuerdo no justo.
Si ambos tenían las mismas libertades, ¿ por qué no era justo? Sencillamente, porque las formas afectivas son diferentes. Está claro que ambos se necesitaban. Sartre en su mundo intelectual, llega a preguntarse quién es él sin Simone, lo cierto es que amorosamente, siempre la relegó y la relegaron sus amantes al llamarla "la vieja".
Según la película Sartre se casa en dos oportunidades una con Tanya, la otra con una americana Carmen. En ambas oportunidades a espaldas de Simone, en la segunda, inclusive la envía a EEUU para poder quedar libre en Paris
De ese viaje a Chicago surge la relación con el escritor Nelson Algren, quién profundamente enamorado de ella le propone matrimonio. La relación con Sartre fue un sino que le impidió su realización.
Indudablemente esta extraña pareja vivió muy intensamente, pero quizás esa posibilidad se dió gracias a que individualmente eran dos grandes personalidades que al unirse lograron potenciarse geometricamente.
Ahora bien, intentar una vida de devaneos y licencias amorosas sin un "genio" que la posibilite, no parece ser una experiencia aconsejable.
Las personas comunes seguramente se encontrarán dentro de los peores sentimientos y emociones sin sustento que garantice una mínima estabilidad.


EL DESTINARIO OCULTO








Me gusta el lenguaje, me gusta el sonido y su cadencia, los matices y hasta sus disfonías. Pero el lenguaje escrito, tiene una dimensión especial.
Escribir o leer es un proceso, que obliga a la reflexión más profunda y a la elección más exquisita de las palabras.
Lo que puedo decir en una charla o en una alocución puede ser pobre o inconsistente en un escrito. Y aquello expresado en la escritura a veces naufraga en busca de su audiencia.
Evidentemente son dos órdenes paralelos, que utilizan el mismo elemento: las palabras, pero de diferente forma.
Escribir o leer son para mí sinónimos de voluntad de comunicación con un objetivo: alcanzar al otro.
Con lo cual, debo suponer que se pone en juego lo sagrado, lo misterioso.
¿Cuándo recurro a la escritura? Casi siempre que quiero comunicar algo que espero tenga una atención especial.
El primer contacto es conmigo misma. Escribir: sujeto, verbo y predicado con sus complementos de tiempo, de espacio, y agente, me obligan al orden, y al estilo.
Luego está el destinario, siempre lo hay. Desde la humilde esquela de notas, o el mail, pasando por los "papers" de un congreso, al cuento, la novela o el ensayo, suponen una dedicación. Puede ser un simple proveedor o la humanidad misma.
Cuando llego a este punto, tengo que hacer una aclaración especial. Aquellos a los que nos gusta escribir y disfrutamos haciéndolo, sin ser exactamente "escritores", casi siempre contamos con una amig@, pariente, en fín, alguien que nos tiene paciencia, que le gusta leer, que tiene ese hábito, que es ¿cómo decirlo?, una especie de juez o de árbitro al que invariablemente se le someterá el escrito a consideración antes incluso de su verdadero destinatario.
Esa persona que comparte casi tácitamente el rito de la escritura y a quién se le otorgó autoridad, está siempre presente como si fuera "un doble" de uno mismo. Sin embargo, no lo es.
La espera de su veredicto está compuesta de esa matería sublime y agónica sincopada al aliciente o la desesperanza.
El rito puede ser un envío a través de unas hojas, o unas líneas virtuales en alguna red o quizás en un encuentro. Y en ese caso, hay un cuadro de relación, dado por dos lecturas. El árbitro lee las líneas escritas, el escritor los trazos de los gestos, quiere saber antes del veredicto si ha podido sacar su pluma para rozar quizás el alma.



domingo, 18 de abril de 2010

AFRODISÍACO






El almizcle seguramente es el punto máximo de tensión en perfumería. Por un lado, es un olor sucio, sexual, incluso fecal; por el otro, es la propia esencia de la limpieza, polvos y sábanas frescas. Es una nota esencial en perfumería, por su carnalidad tridimensional y la tenacidad que da a las composiciones; pero como compuesto, parece estar bajo algún hechizo malvado. Si es natural, conlleva la muerte de los animales que lo producen. En sus formas sintéticas, ha demostrado ser fotosensible e incluso neurotóxico (los nitro-almizcles), y se sospecha que causa graves daños por acumulación en el cuerpo y en el ambiente (los almizcles policíclicos).


Es una nota sagrada, incorporada al mortero de algunas mezquitas para exhalar su suave olor.
Es una nota maldita, y en el siglo IV uno de los doctores de la Iglesia, San Jerónimo, advierte a las mujeres cristianas que no imiten a las mujeres paganas que llevan "almizcle de ratón" (que se cree una identificación errónea de la bolsa recogida del ciervo almizclero).


Sin embargo, los orientales estuvieron locos por el almizcle durante siglos. Los olores fuertes o animales no se llevaban solo como adorno: se pensaba que formaban un escudo protector contra el miasma pútrido que traía enfermedades, según las creencias médicas de aquella época.


Pero en algún momento a mediados del siglo XVIII, las sustancias animales como el almizcle, el civet y el ambar gris se incluyeron en el anatema médico contra sustancias pútridas: el olor del almizcle fue comparado al del estiércol o incluso a excrementos humanos fermentados. Su fuerte olor se decía que desestabilizaba "nuestros nervios más delicados", según la Enciclopedia de filósofos franceses de 1765. Llevar esencias animales se convirtió en un signo de gustos depravados y de dudosa higiene. Con el auge de los valores burgueses, cualquier perfume era sospechoso de inmoralidad, según explica el historiador Alain Corbin en su inmenso ensayo "The Foul and the fragant": "Se desvanece, volatiliza, es el símbolo de la destrucción. Lo efímero no puede acumularse. La pérdida es irreparable (...). Doblemente inmoral, sería preferible que perdiera sus referencias animales y que desaparecieran sus provocativas alusiones al instinto de reproducción, junto al almizcle":

Influída por Jean-Jacques Rousseau, la nueva sensibilidad persigue la comunión con la Naturaleza; se rechaza el deliberado artificio de las fragancias picantes más antiguas. Solo los viejos libertinos y las cortesanas apestaban a almizcle. En el "Tratado de los Olores" de 1777, Dejean sentencia: "para ajutarse al gusto de hoy en día, se debe suprimir totalmente el almizcle y solo añadir unas cuantas gotas de quintaesencia de ambar gris".


Los olores vegetales y delicados se prefieren a esos que recuerdan a secreciones físicas o a funciones fecales. El olor, explica Corbin, se rechaza como atracción sexual. Ahora debe disfrazarse: "No ha habido antes una mayor revolución en la historia de la prostitución".
A pesar de volver a ponerse de moda brevemente tras la Revolución Francesa - los jóvenes monárquicos muscadinos se bañaban en él-, el almizcle es acusado de causar histeria en el siglo XIX. Se utiliza, junto al sándalo y la vainilla, para tratar el sopor sexual en las mujeres, según el sexólogo Havelock Ellis (1859-1936).

Sin embargo, el almizcle no desapareció de los laboratorios de perfumista, y el siglo XIX, obsesionado con el sexo, lo esconde en sus fragancias al igual que los caballeros burgueses escondían a sus amantes. En su tratado de 1857 "El Arte de la Perfumería", Septimus Piesse dice con algo de ironía: "Es una moda actual que la gente diga que no le gusta el almizcle, pero en cambio, tras nuestra amplia experiencia en una de las más grandes perfumerías de Europa, somos de la opinión de que el gusto público por el almizcle es tan grande como todo perfumista desearía. Las composiciones que lo contienen siempre son las preferidas, las más vendidas, mientras que el vendedor tenga cuidado de asegurar al cliente que no llevan almizcle".
Muchas de las recetas para productos de higiene contienen almizcle. En 1900, según el historiador del perfume Annick Le Guérer, los perfumistas prestigiosos como "Houbigant, Lubin, Gellé Frères, ofrecen muchos artículos como jabones que contienen algo de almizcle, preparado con muchos meses de antelación".

Es entonces cuando la percepción pública del almizcle da un giro de 180 grados, para convertirse, como escribe el perfumista Jean-Claude Ellena, en "la señal olfativa de la limpieza". Prohibitivamente caro, el almizcle natural que se utilizaba en perfumería hasta 1970 fue gradualmente reemplazado desde finales del siglo XIX hacia adelante por diferentes tipos de almizcle sintético. Los almizcles policíclicos se descubrieron en los años 50: no son biosolubles en agua y se usan mucho en detergentes así como en productos para el baño.

Moléculas con nombres de ciencia ficción -Galoxolide, Tonalide, Habanolide, Helvetolide - ahora reemplazan los nitro-almizcles descubiertos por Baur en 1888-91, prohibidos en países desarrollados a causa de la fotosensibilidad y las propiedades neurotóxicas (el carísimo almizcle ambrette sin embargo se utiliza todavía en la India).

Ampliamente usado en perfumería funcional, los almizcles policíclicos también se han abierto camino en la alta perfumería:

- el superventas Trésor de Lancôme compuesto por Sophia Grosjman se dice que contiene un 21% de Galaxolide.
- Glow de Jennifer López se rumorea que tiene un 50% de puro Habanolide.
- Según Luca Turin, Le Mâle de Jean-Paul Gaultier no tiene prácticamente nada más que almizcles sintéticos.
- Narciso Rodriguez for Her de Francis Kurkdjian ha interpretado brillantemente el halo de inocencia de esos almizcles artificiales asociándolos con una nota de azahar que es igualmente sintético e inocente.

Los "almizcles blancos" se han utilizado tanto en detergentes y durante tanto tiempo, que se han convertido en un sinónimo de olor a limpio. Sin embargo, juegan un doble juego. Al mezclarlo con las exhalaciones de un cuerpo limpio y desodorizado, también evocan lo carnal. Negar nuestra naturaleza animal y reemplazar su olor con una etiqueta de higiene impecable expresa el deseo de seducir, y de esa forma, el cuerpo se presta a los juegos del deseo.

No obstante, la perfumería no ha rechazado completamente el atractivo de los sucios almizcles de edades antiguas, como descubriremos en el siguiente episodio."

Referencias:

Alain Corbin, "The Foul and the Fragant"
Annick Le Guérer, "Le Parfum des origines à nos jours"
Luca Turin, "The Secret of Scent"
Septimus Piesse, "The Art of Perfumery"
Havelock Ellis, "Sexual Selection in Man"

(Grain de musc, 8 de mayo de 2008)

lunes, 5 de abril de 2010

JUEGO SUCIO: ESTAFA MORAL


Prefiero la palabra estafa a engaño, por que siento que la persona que se siente estafada moralmente, tiene la impresión de que algo le ha sido sustraído. Es posible que todos en algún momento cometamos ciertas formas de ardides, engaños que terminan desarmando al otro.
Lo cierto es que cuando se plantea en una relación de pareja, la pérdida se da para ambos, es decir que habrá una merma en la calidad de la relación misma.
Por lo tanto, creo que la búsqueda de aquellos indicios que nos hagan sospechar que se está siendo víctima de una estafa moral, puede implicar la prevención de futuros males que carcomen los mismos cimientos.
Es dable esperar que en toda relación haya discusiones. La unión o fusión de dos universos es casi imposible, todo lo que se puede lograr es "emparejar" la representatividad de una y otra postura ante el mundo. Así es como se visualizan los partenaires dentro de una pareja, ellos frente al mundo. Pero a veces sucede que las diferentes posturas son tan opuestas que difícilmente puedan conciliarse.
Existe una dinámica que uno tiene que aprender a reconocer en sus pasos: Generalmente comienza con un tema polémico que permite confrontar las dos posturas o visiones, luego, como se trata no sólo de cuestiones racionales, los sentimientos y emociones que acompañan las ideas se hacen presentes, con lo que una simple discusión termina en un verdadero altercado, donde las partes se rigidizan y la vuelta atrás se ve como imposible sin sentir que se resigna parte de uno mismo.
Bien en ese momento es posible que aparezcan ciertas conductas a las que doy en llamar : Estafa moral y que deben ser evitadas en lo posible para garantizar un leal interjuego en la pareja.
Ejemplos:
-Realización de actos violentos (golpes sobre las cosas, portazos, etc.)
-Retirarse del ámbito de la discusión dejando al otro con la palabra
-Aprovechar la oportunidad para realizar viejas reivindicaciones
-Acusar al otro sobre algo que no puede defenderse
-Insultar para dañar la utoestima
-Hacer responsable al otro por cuestiones familiares
-Usar como excusa problemas de salud
-Mostrarse indefenso para luego lanzar un exocet
-Llorar no porque se está dolido sino para desarmar al otro
-Usar la razón del porque sí, por que así lo quiero.
-No aceptar que tenemos un capricho
-No reconocer cuando es otro juego de poder
-Irse a domir sin intentar un acercamiento previo
-Retirar la palabra
-Victimizarse
-Darse por ofendido/a cuando el otro hace un reclamo
-Actuar como si siempre la verdad nos asistiese en todo momento

Todos estos actos son leídos como una declaración de guerra. Muchas veces pueden ser usados en forma inconsciente y en ese caso estamos hablando de lo poco que nos conocemos, pero, a veces son actuaciones conscientes tendientes a obtener un rédito del otro, en ese caso sin duda estamos cometiendo una estafa moral a la pareja.

Libros que inspiran este blog

  • Actos de significado. Jerome Bruner
  • Actos del lenguaje. Rafel Echeverría
  • Coaching. El arte de soplar brasas. Leonardo Wolk
  • Coaching. El arte de soplar las brasas en acción. Leonardo Wolk
  • Cultura escrita y oralidad. David R. Olson y otros (comp)
  • El buho de Minerva. Rafael Echeverría
  • El orden del discurso. Michel Foucault
  • El sí-mismo en proceso. Vittorio Guidano
  • El tao de la física. Fritjof Capra
  • El yo saturado. Kenneth J. Gergen
  • Estudios y diálogos sobre la identidad personal. Giampiero Arciero
  • Fuentes del Yo. Charles Taylor
  • Heidegger y la cuestión del Tiempo. Francoise Dastur
  • Hermenéutica del sujeto. Michel Foucault
  • Historia y Narratividad. Paul Ricoeur
  • La construcción social de la realidad. Berger y Luckmann
  • La educación puerta de la cultura. Jerome Bruner
  • La mente narrativa. Juan Balbi
  • la quinta disciplina en la práctica. Peter Senge y otros
  • La quinta disciplina. Peter Senge y otros
  • La terapia como construccion social. Seila McNamee y otro
  • Los anormales. Michel Foulcault
  • Narrativas contadas, Narraciones vividas. Ricardo Ramos
  • Ontología del lenguaje. Rafael Echeverría
  • Pasos para una ecología de la mente. Gregory Bateson
  • Por la senda del pensar ontológico. Rafael Echeverría
  • Realidad mental y Mundos posibles. Jerome Bruner
  • Realidades conversacionales. John Shotter
  • Signo: Humberto Eco
  • Soñar la realidad. Lynn Segal
  • Teoría de la comunicación humana. Watzlawick y otros
  • Wittgenstein: Mundo y Lenguaje. Prades Celma y otro