martes, 16 de febrero de 2010

UN ENCUENTRO de Milan Kundera





















A propósito de Milan Kundera, me resulta imposible leerlo sin escribir. Aunque sea una escritura mental, una frase que surge de las entrañas de sus frases. No sé si él me las sugiere o soy capaz de pensarlas.
Si quiero adentrarme en la psicología humana, tengo dos posibilidades o tomo un manual de teoría psicológicas u observo vicariamente los personajes de sus novelas o ensayos.
Por breve que sea su escrito, siempre es generativo. No importa el tema, siempre me desafía o me confirma.
Por ejemplo, sus ensayos recopilados en su libro "Un encuentro" comienza con un artículo sobre Francis Bacon; pintor que no me gusta, pues presenta un lado brutal de la vida, quizás el que me niego a aceptar y particularmente porque reniego como punta de vista estético.

Bueno, no importa, como soy una persona ordenada, no salteo el capítulo. Apenas dos páginas más allá, ya me presenta un desafío: me dan ganas de revisar nuevamente la obra del pintor con nuevos ojos.
Creo que estoy siendo mezquina, no sólo con Bacon sino con Kundera. El libro pasa de estar compuesto por sus escritos a una reedición con mis pensamientos y cada tantos párrafos, me siento obligada a bajar el libro y detenerme a observar el acontecer del pensar que se da como una burbuja a penetrar. Pronto, estoy tentada al lápiz, a la lapicera, al marcador. Algunas cosas las marco por su agudeza, otras por su audacia, otras por su técnica.
Por ejemplo, su manera de razonar junto con otro autor, él toma el párrafo de ese otro autor y sólo con el entrecomillado va intercalando su opinión, trazando una línea de pensamiento que parece única y al mismo tiempo se puede saber distinguir el qué de cada quién.
Sus declaraciones usando apenas un entrecomillado justo y preciso, no empaña el discurrir.
Dice:-"...toda la Historia de Occidente, se convierte en Bacon en un simple escándalo fisiológico (me obliga a un doble entrecomillado) "Siempre me turbaron las imágenes relacionadas con mataderos y la carne, y para mí están estrechamente vinculadas a todo lo que es la crucifixión..."Acercar a Jesús clavado en la cruz a mataderos y al miedo a los animales podría parecer un sacrilegio. Pero Bacon no es creyente, y la noción de sacrilegio está ausente en su manera de pensar; según él, "el hombre cae ahora en la cuenta de que no es sino un accidente, un ser sin sentido, que sin razón alguna debe seguir el juego hasta el final". Visto así, Jesús es ese accidente que, sin razón, ha seguido el juego hasta el final. La cruz: el final del juego que se ha jugado sin razón hasta el final. No, no hay sacrilegio; más bien una mirada lúcida, triste, pensativa..."

No sé si algún otro hubiera marcado el mismo párrafo, sólo sé que no puedo permanecer indiferente.
A esta altura, mi ánimo cambia, lo que había comenzado a leer sin demasiada espectativa, me llena de entusiasmo (en theos- habitada por un dios) lo que me impulsa a seguir, a compartir pensamientos, a creer que si razonamos juntos, el escritor, el pintor y yo quizás matizando, quitando o agregando de mi propia cosecha, lo que hacemos es expandir el universo.
Ya no importa el tema en particular, y aunque me cuesta admitirlo -no puedo expresarlo de otra forma- llegamos a una cierta "esencialidad"; esencialidad que no está ajustada a la idea platónica sino a una forma de vibración en conjunto que me permite compartir con Otro, aún en sus ausencias, formando el puente humano que significa Un encuentro "con" Milan Kundera
aquel, que en pocas palabras, puede describir aquello que soy, aquello que veo o intuyo pero me siento incapaz de expresar con palabras

NOSTALGIAS DEL FUTURO





















¿Se puede tener nostalgias del futuro? Según uno de mis autores favoritos como Milán Kundera, la respuesta es sí. Y sería una forma gramatical que proyecta un pasado añorado en un lejano porvenir y convierte la evocación de lo que ya no es en desgarradora tristeza de una promesa irrealizable.

Ayer veía cómo se está pronto a conseguir lo que fue tan sólo un sueño del hombre: la invisibilidad.
Desde el punto de vista técnico, las investigaciones apuntan a obtener un metametal conseguido a partir de aleaciones.
Desde una concepción metafísica, la invisibilidad como la muerte ya está en nosotros, y se consigue descubriendo ese meta-lugar que nos libera de las ilusiones.
Veamos sino eso que creemos tan importante: nuestras vidas.
¿Cuál es el sentimiento que acompaña su pérdida? Depende, si la muerte es de otro, generalmente se siente profundo dolor, en algunos casos alivio, más extrañamente alegría etc. , pero cuando se trata de la muerte propia, el ser humano común - si se atreve a fantasear sobre ella- no puede sentir otro sentimiento que el horror, pues la mayoría de los mortales solo vivimos en la intrascendencia, somos devorados por la intrascendencia de la Historia. Con la muerte todo habrá desaparecido: nuestros pensamientos, nuestros actos, nuestros sentimientos, nuestro amor. Y eso que creemos importante como nuestra vida, que funciona como centro de universos personales, sólo es circunstancia convertida en ego. Cuando uno se apercibe de esto, cambia la perspectiva la persona deja de ser el protagonista que creyó ser, es decir el rol principal del guión, y deviene un simple actor "extra", un número indiferenciado que conforma una masa necesaria para que se desarrolle la historia.
Quizás me acusen de un carácter oscuro y visión depresiva, propia de aquellos que nos atrevemos a danzar con la muerte. En ese caso sería incomprendida. Si lo piensan bien y se dan cuenta, lo más pronto posible, es decir, cuando la curiosidad empieza a otear el porvenir -y no lo dejan para los últimos cinco minutos en que semejante toma de conciencia sería brutal- este punto de vista es liberador como cualquier desap-ego.
Para poder jugar con la palabra desapego fui al diccionario etimológico Spes latino-español. Y apego es alienatio, es decir alienación. Uno de los tantos significados de la palabra, aunque todos apuntan al mismo sentido es alejamiento. En el orden médico es un trastorno intelectual y en psicología se lo considera un estado mental que se caracteriza por la pérdida del sentimiento de la propia identidad.
Entonces, desapego es abalienatio, es decir no-alienación, no-ajenidad, no-extrañeza. Es una interpretación algo diferente al desapego budista más materialista si se quiere.
Para graficar lo que estoy diciendo, imaginemos que somos como los actores de esas películas épicas de los domingos por la tarde. Lo único que debemos hacer es "llevar las vestimentas de época", entonces alguien grita: acción ! Se supone que hay una batalla, todo es confusión, bien podríamos en el fragor de la lucha, darle un abrazo al "enemigo"¿ a quién le importa? Y luego, en otra toma sobre la vida cotidiana de un pueblo, nos podríamos sentar a tomarnos unas copas, o darle unas nalgadas a una moza del pueblo ¿a quién le afecta?. ¿Quién específicamente mira a los extras? Nadie, o casi nadie. lejos de los roles principales de la historia, obligados a decir las palabras estrictas de un libreto; eres libre. Libres en nuestras auras mediócritas.
Por lo tanto, si una frase amenaza tu epitafio: " No pertenecia a ninguna tendencia conocida, a ningún grupo, a ninguna escuela! Era diferente y estaba solo/a...
No te preocupes, esa descripción aparentemente crítica y negativa de un ser anárquico, a la luz de esta interpretación pasa a ser una descripción neutra, que sólo el que vive (es decir el que va a morir) puede re-significar positivamente y agregar...era libre y se sentía casi feliz."

Nota: La imágen de la mujer evanescente fue tomada vía internet de una artista española. El cuadro de Degas, bien puede ilustrar la bailarina que esta a punto de ser vencida por La señora de negro.

Libros que inspiran este blog

  • Actos de significado. Jerome Bruner
  • Actos del lenguaje. Rafel Echeverría
  • Coaching. El arte de soplar brasas. Leonardo Wolk
  • Coaching. El arte de soplar las brasas en acción. Leonardo Wolk
  • Cultura escrita y oralidad. David R. Olson y otros (comp)
  • El buho de Minerva. Rafael Echeverría
  • El orden del discurso. Michel Foucault
  • El sí-mismo en proceso. Vittorio Guidano
  • El tao de la física. Fritjof Capra
  • El yo saturado. Kenneth J. Gergen
  • Estudios y diálogos sobre la identidad personal. Giampiero Arciero
  • Fuentes del Yo. Charles Taylor
  • Heidegger y la cuestión del Tiempo. Francoise Dastur
  • Hermenéutica del sujeto. Michel Foucault
  • Historia y Narratividad. Paul Ricoeur
  • La construcción social de la realidad. Berger y Luckmann
  • La educación puerta de la cultura. Jerome Bruner
  • La mente narrativa. Juan Balbi
  • la quinta disciplina en la práctica. Peter Senge y otros
  • La quinta disciplina. Peter Senge y otros
  • La terapia como construccion social. Seila McNamee y otro
  • Los anormales. Michel Foulcault
  • Narrativas contadas, Narraciones vividas. Ricardo Ramos
  • Ontología del lenguaje. Rafael Echeverría
  • Pasos para una ecología de la mente. Gregory Bateson
  • Por la senda del pensar ontológico. Rafael Echeverría
  • Realidad mental y Mundos posibles. Jerome Bruner
  • Realidades conversacionales. John Shotter
  • Signo: Humberto Eco
  • Soñar la realidad. Lynn Segal
  • Teoría de la comunicación humana. Watzlawick y otros
  • Wittgenstein: Mundo y Lenguaje. Prades Celma y otro