sábado, 30 de julio de 2011

EL HOMO SAPIENS EXTINTO




Mi amigo E. me preguntaba el otro día ¿cómo era que encontraba los temas de mi escritura? o ¿cómo es eso de sentarse y escribir?
Supongo que el proceso debe ser particular en cada persona que disfruta de ser escritor aunque no sea publicado por editoriales comerciales, o siéndolo, no es conocido. Seguramente también habrá muchas coincidencias sobre temas tales como la inspiración, el medio (lapicera, computadora), los temas, el estado creativo, la laboriosidad que requiere el lenguaje, etc.
En mi caso escribo a partir de un desafío, a veces es la idea de otro que me es dicha, escrita o revelada, entonces mi mente parece preguntarse: ¿cómo veo yo esa realidad? ¿cómo relacionan mis experiencias con determinado tema? ¿qué fibras afectivas vibran en forma incesante a partir de ciertos ítems?
Cual puntapié inicial, surge un impulso en mi mente que describo como una necesidad por ordenarse. Las ideas están allí, pero el escribir, les da forma, las tornea, como dice Santiago Kovadloff… “no se escribe para decir algo que se sabe de antemano, sino para llegar a saber qué se quiere decir y para verificar hasta dónde ese querer se encarna en lo que se dice”…
A mi lo que más me desafía es la observación; luego son las sensaciones; en algún momento aparece mi deseo de comunicar o de compartir mi mundo; también es el placer lúdico de las palabras, sus ambigüedades, sus evocaciones, su estética; y por último, aunque no tan marcadamente como en una fábula, tengo la necesidad de una enseñanza.
No es que posea una particular vocación docente, sino que creo que debemos estimularnos unos a otros para a ser mejores seres y que lo humano aún está por alcanzarse. Y ese es el desafío, el que debe inscribirse con mayúscula: Ser Humano.
A veces temo que mis proyecciones a partir de la observación y la relación de los elementos se haga realidad, es decir, que la tecnología lleve a incluir en la evolución del hombre, artefactos, chips, programas necesarios para su rendimiento y prolongación de la vida a costa de sus afectos.
Si eso sucediera, imagino antropólogos, en el futuro, hablando del homo sapiens extinto; en fin, de la especie que somos o seamos considerados a partir de las muestras o retazos de nuestra cultura.
Si no alcanzamos una excelencia como especie, me gustaría pensar que -muchos de aquellos que no hemos sido los preclaros guías de la humanidad- al menos hacemos el esfuerzo por lograr un mundo mejor, aunque más no sea educando a los que nos siguen, curando o ayudando a otro, embelleciendo un jardín, escribiendo un poema o poniéndole música a un amanecer.
Si llegamos a categoría de homo-sapiens extinto, probablemente el cyberborg (storage system) que nos suceda en la evolución, sea un ser más inteligente, porque la tecnología tenderá a replicarse sobre sí misma requiriendo más y más efectividad en detrimento de la afectividad. Mientras tanto, deseo que mi huella sea como una divisa: “Dejar testimonio del extraño y empedrado camino que tiene el hombre en ser humano, su existencia, con el conflicto de afecto y valores, como eslabón del devenir.”

Lo que no sabe mi amigo E. es que él mismo es un estímulo para mis escritos. Hace años que compartimos pensamientos. Diferentes edades, diferentes experiencias, todo muy enriquecedor. Cada semana intercambiamos historias, libros, películas, notas.
Hace ya mucho tiempo, le había contado mi idea de la evolución.
En forma resumida: Como nada está concluido, el hombre también entra en esa evolución, sin embargo a diferencia de la evolución natural de las especies, la tecnología ya no podrá quedar afuera.
Fue después de haber visto dos documentales para aquel entonces. Uno sobre la generación de piel en laboratorio y el otro sobre las computadoras que auto-actualizan su conocimiento a partir de la interrelación con otras inteligencias. La posibilidad de actualizar el conocimiento sin necesidad de nueva programación es algo muy similar a lo que ocurre con los humanos. Y ahí, sin mediar voluntad de conclusión alguna, la relación que se estableció entre ambos fue reveladora: La evolución ya no sería sólo un desarrollo natural de branquias a pulmones, o de escamas a piel o viceversa.
Si no mediaba algún desastre que nos borrara de la faz del planeta. La evolución iba a ser una creación del hombre por el hombre. Y sí, la idea da cierto escozor.
Obviamente, el tema no lo hablé más que con dos o tres personas. Siempre tuve la sensación que el afecto por mí era mayor el efecto que causaba por lo que contaba.

En aquel entonces, E. me miró con cara algo incrédula, debe haber pensado en uno de mis desvaríos de Alicia en el país de las maravillas y palió la circunstancia hablando de otra cosa.
La semana pasada, E. me trajo un artículo de Enrique Valiente Noailles para el diario La Nación, allí con precisión de estudios universitario ya se deja entrever la probabilidad de realización de aquella teoría que sonaba extraña.
Luego de leerlo, me quedé preguntándome, si el criterio de mi amigo para la selección y recorte de la nota fue por la habitual forma exquisita del autor para expresar una idea o quizás que aquella loca idea había anidado en su mente…y hoy, volvía a desafiar la mía.

lunes, 25 de julio de 2011

EL BICHO DE DIVAN







...la otra es la Rosa profunda...



“Recuerdo esto solamente;
el sobresalto de la rosa,
oráculo absoluto, el asfalto
levantándose contra la nada”
Milo de Angelis




Alguien que me honra visitando mi blog, me ha pedido que escribiese sobre una tipología muy particular: EL BICHO DEL DIVÁN.
Nunca escribí a pedido, sólo escribo sobre aquellos temas que marcan mis días, mis impresiones, mi profesión.
Personalmente no conozco al bicho de diván. No creo en esas clasificaciones. Todos podemos, en función de cada momento, necesitar alguna ayuda. Si alguien se convierte en bicho de diván,en el sentido que se eterniza en la consulta, lo más probable es que haya algo no bien encausado por el profesional a cargo.
De todas formas veamos: La palabra “bicho” significa animal pequeño, también puede estar asociado a “lo malo” y asimilarse a sabandija. Lo más probable es que toda la frase aluda a raro, extraño, difícil de entender por los demás y por si mismo, condenado a revisarse en un diván.
Entonces, un bicho de diván parece un bicho raro. ¿Puede ser un bicho raro alguien nacido bajo el signo del pez?
Dice Linda Goodman:
Si te aconteciera ver a un pez de cajero en un banco, o de presidente, incluso, te encontrarías frente a un ejemplar muy raro. Son muy pocos los que pueden aguantar verse confinados durante largo tiempo en un solo lugar. Tendrás mas suerte si los buscas en una sesión de espiritismo, o visitando una galería de arte, aunque también es posible en un convento o monasterio, lo mismo que si te vas a un concierto o acudes a ver el espectáculo. También podrías probar en una Sociedad de Escritores, darte una vueltita por un teatro, quizás entre bambalinas, cuando acaba la función. Cuanto más creativo y artístico, más ocioso y esotérico sea el ambiente, mas peces encontrarás.
Sea quien fuere el que dijo que no le interesaba ser millonario, sino vivir como si lo fuera, reflejaba con toda exactitud la filosofía del pez. En el corazón típico de Neptuno no hay cabida para la codicia; le caracteriza una falta de intensidad, casi una despreocupación sobre el mañana, acompañada de un conocimiento intuitivo del ayer y una placida tolerancia de hoy. Para los peces, sean reales o humanos, nunca es fácil luchar contra la corriente. Lo mas común y lo que exige menos esfuerzo, es seguirla dondequiera que les lleve. Pero nadar contra la corriente es el desafío que tiene que afrontar el pez, y la única manera que tiene de encontrar alguna vez paz y felicidad auténticas. Seguir el camino fácil es una trampa, un cebo apetecible que les seduce, pero que esconde el peligroso anzuelo: una vida desperdiciada.
Dan la impresión de que flotan en lugar de caminar, como si nadaran a través de la habitación o por la calle. Y a veces realmente es así.
Puede ser que adore el agua helada, que se tome diez tazas de te o de café por día, que se muera por las gaseosas o que suspire por algo mas fuerte. Son muy pocos los neptunianos que pueden tomar un cóctel en una fiesta, y quedarse ahí. Algunos hay, claro; pero son demasiados los que encuentran en el licor una seductora solución para sus problemas, algo que les arrulla gratamente con una falsa sensación de seguridad... pero es un arrullo peligroso. El pez nació con el deseo de ver el mundo a través de cristales de color rosado. Bien conoce él el lado malo de la humanidad, pero prefiere vivir en su propio mundo sereno y acuoso, donde todo es hermoso y todas las acciones nobles. Si la realidad le resulta demasiado terrible de afrontar, es frecuente que huya a refugiarse en rosadas ensoñaciones y ni la mas remota posibilidad de realizarse. Cuando la vida lo lanza a chapotear, con una verdadera panzada, en las aguas estancadas del fracaso y en vez de salir de un salto de ese peligroso fango, se inclina a esconderse tras las ilusiones que le impiden tomar decisiones prácticas.
Los dos peces que nadan en direcciones opuestas, indica que el neptuniano se encuentra desgarrado por la dualidad de sus deseos, pero no es así. Los dos peces en direcciones opuestas simbolizan la opción que se le ofrece al pez: la de nadar hacia arriba, o la de nadar hacia abajo, sin jamás alcanzar sus metas. Debe aprender que de alguna manera debe servir a la humanidad, y evitar las posesiones mundanas. Einstein, uno de los peces que remontaron la corriente, dio forma a todo un mundo nuevo del tiempo relativo. Siempre hay una elección posible, porque jamás falta algún talento excepcional, pero el pez –cuyos ojos ven claramente hacia ambos lados– a veces tiene dificultades para ver hacia adelante. Es habitual que se retraiga, ya sea a las alturas sublimes de una sacrificada vida profesional, o buscando refugio en estimulantes, emociones artificiales y falsa excitación.
El abatimiento, sin embargo, amenaza siempre con invadirles e inundarles de sueños extraños u horripilantes pesadillas que más de una vez son premonitorias.
Cuando hablan de un alma vieja, los astrólogos se refieren a una que ha pasado por muchas vidas y ha retenido la sabiduría de cada una de ellas. Muchas veces se refieren a algún pez, porque una vida en este signo puede tanto la más difícil de las obligaciones que pueda elegir un alma como una ocasión de alcanzar la realización perfecta. En tanto que el carnero representa el nacimiento, el pez representa la muerte y la eternidad. El pez es el duodécimo signo, compuesto de todo lo que ha sucedido antes, y su naturaleza es una mezcla de todos los otros signos, es decir, algo bastante difícil. No es signo cardinal ni fijo. El pez es mutable siempre y, en este aspecto, puro y no diluido. La única y peculiar cualidad que tiene origen en el interior de su propio signo es su extraño poder de salirse de sí mismo y ver el ayer, el hoy y el mañana como una unidad. Debe a otros signos su amor a la música y al arte, lo mismo que el extraordinario desarrollo de sus sentidos y su versatilidad, pero su profunda sabiduría y su compasión le pertenecen solamente a él, que los va entresacando del conocimiento combinado de todas las experiencias humanas. Ahora que entiendes todo esto, ¿sigues maravillándote de que tus amigos peces sean a veces un poquito enigmáticos, por no hablar de las ocasiones en que son simplemente más locos que una cabra?
El humor es una de sus armas secretas. Los peces esconden bajo una sonrisa crispada las lágrimas que no vierten. Son maestros de la sátira. A veces, su humor es cálido e inofensivo, otras es frío y despiadado, pero encubre siempre alguna otra emoción que quiere ocultar; rara vez es espontáneo. Las carcajadas del pez son una máscara, tras la cual se esconde perfectamente.
Su comprensión fluye de el, junto con cualquier ayuda practica que pueda ofrecer. Percibe todos los vicios y todas las virtudes.
Su primer instinto es ayudar. El pez se da cuenta muy pronto de cuan vulnerable es. El mundo aun no está afinado para la longitud de onda, es tan sensible de manera que a veces (no solo para evitar el ridículo, sino también para evitar que cada vez le saquen el último centavo) finge indiferencia.
De gloriosa imaginación, la maravilla de su humor travieso y el sentido neptuniano de la belleza pueden crear la mas delicada –y también la mas eternamente perdurable– obra de prosa o poesía. En realidad, sin sus esfuerzos artísticos y la belleza de sus sentimientos el mundo poco podría hacer; dejaría de girar. Encontrarás con frecuencia peces que han enterrado sus propios sueños para iluminar oscuros rincones de la vida de parientes y amigos, o para hacer don de lágrimas y risas al público, desde un escenario, al precio de los propios anhelos y necesidades. Pero Neptuno es un planeta engañoso, capaz de dar nacimiento a naturalezas que se retuercen y giran en dos direcciones a la vez, deformando la verdad; esta es la influencia que a menudo hace que el pez oculte sus verdaderas emociones.
Con él todo es ilusión, y a ellos mismos se les hace difícil establecer la diferencia. Su naturaleza íntima es tan insondable como los grandes océanos de Neptuno. El pez rebosa de un amor tierno e inagotable por todos los seres vivientes, cuando no se vuelve hacia adentro en forma de autocompasión y de amor de sí mismo.
Suspendido en algún punto entre las silenciosas aguas del mar por debajo y el vasto cielo tachonado de estrellas por encima, tocando apenas alguna vez la tierra por necesidad, vive su vida en una solitaria comprensión de la verdad, difícil de expresar en palabras. Los que quieran ser sus amigos, los que le amen, deben valerse de su imaginación para captar los extraños planos en que se mueven la mente y las emociones. El pez no puede respirar en el aire. Debe vivir en aguas verdes y frescas, a veces fangosas, siempre en movimiento.
Es mas fuerte de lo que cree y mas prudente de lo que sabe, pero Neptuno oculta ese secreto mientras él no lo descubre por sí mismo.

Todo lo dicho supone una contestación a algunas preguntas tácitas: ¿Existen los bichos de diván? ¿Puedo ser yo uno de ellos?
Contesto brevemente, no creo en dicha clasificación. Es cierto que hay gente que pasa más tiempo en relación terapéutica y eso se debe fundamentalmente a una recontratación con el terapeuta por aspectos que quiere revisar y que no incluyó en un primer contrato porque la persona no los veía como dilemáticos o bien los desconocía. De todas maneras quién puede permitírselo intelectual y económicamente es una experiencia muy transformadora.
En cuanto al pez, es tan bicho, como el carnero, la cabra, el cangrejo, el toro, y todos los demás aunque se disfracen de balanza, o de centauro. Todos somos bichos de diván.
Yo vivo la psicología como un absoluto. No es un conocimiento respecto de algo sino que ella misma es soporte de la posibilidad de conocimiento y de nuestro autoconocimiento.
El mayor secreto no es lo que le ocultamos al mundo, sino lo que nos ocultamos a nosotros mismos.
PS: Hay un grupo de teatro que se llama justamente Bicho de Diván ¿los conocés?

lunes, 18 de julio de 2011

LA ENTREVISTA COMO MODALIDAD DE REPORTAJE


Me gusta leer y ver reportajes, muy especialmente una variedad como es la entrevista a un invitado especial. El clima de intimidad, calidez y seguridad que se crea para que el entrevistado pueda sentirse cómodo y de ese modo ser capaz de mostrarnos varias aristas de su personalidad, tenía indefectiblemente que resultarme atractivo por la similitud con mi trabajo en consultoría psicológica.
No escapa a mi comprensión, que mientras la entrevista periodística se hace a un personaje, nosotros tratamos de acercarnos no sólo a la persona, sino también a sus aspectos más íntimos y casi invariablemente desconocidos. No obstante, he podido observar muchos aspectos de la entrevista periodística que pueden ser de gran valor a la hora de entrevistar un consultante.

Veamos primero el significado de la palabra entrevista, originaria del francés: “entrevue” (ingl. interview), en principio se nos presenta como compuesta por dos palabras entre-ver, lo que puede significar ver un objeto imperfectamente, sin distinción clara. Lo que podría ser cierto en nuestro caso, tratándose de una primera aproximación.
Sin embargo, el verbo francés reflexivo s´entrevoir, parece ser más ajustado: “verse lo uno con lo otro” o verse entre sí, es decir, entrevistarse. Ambos tendrán un primer contacto, una primera impresión.
La etimología de la palabra puede permitir ciertas implicancias, algunas filosóficas como “el Ser para el otro” heideggeriano, o sólo la posibilidad de poder verse cuando la imagen es completada con la visión del otro, quizás también, nos está diciendo que más allá de quien sea el entrevistador y el entrevistado, el reconocimiento será hacia ambos lados. Sería muy inocente por parte del consultor pensar que su consultante no habrá hecho su propio registro.

Me surgen otras comparaciones, en principio, mientras la entrevista periodística es un recurso informativo de un proceso de comunicación social, la entrevista psicológica es una técnica fundamental del método clínico que no sólo apunta a obtener información, sino que sus procedimientos particulares, hacen a la práctica misma del método de ayuda. De todas formas, en ambas hay un cuestionario planificado, organizado, coherente, dirigido a incógnitas.
También existe algo de lo periodístico, cuando la persona hace una crónica de los sucesos que lo trajeron hasta allí, con una ilación de argumentos basados en los porqués (de una falsa relación causa-efecto) mientras tendremos que habérnosla con el cómo fue el proceso mental que creó tales circunstancias.

Una pregunta que se me ocurre es: ¿Quién habla primero? En periodismo es claro, el entrevistador no sólo habla, sino que presenta al entrevistado y suele hacer un perfil previo. Pero en psicología a partir de las ortodoxias pareciera que el paciente es el que debe comenzar y guiar. Sin embargo, no tenemos que olvidar, que el silencio puede ser muy amenazador, de modo que ciertas reglas pueden ser matizadas. El consultante tiene que tener la impresión que se encuentra dentro de un diálogo, cuando en realidad es un monólogo provocado.

La entrevista siempre es estructural porque hay un cuestionario planificado, hay información que no puede faltar, aunque se intenta la menor directividad posible, es decir, permitir que la persona se explaye en aquellos temas que le surgen como importantes o dilemáticos, sin olvidar que en ciertas ocasiones de amplitud discursiva puede ser necesario focalizarlo.
El entrevistador tiene que ser audaz, curioso, aunque no inquisitivo. Ante la vaguedad o la ambigüedad deben tentarse a que el consultado arriesgue significados, cuidando que la determinación de uno o algunos en particular, no sea restrictivo para el caléidoscopio de la realidad mental.
A quién se describe a sí mismo no es posible pedirle total coherencia, sólo accede a algunos retazos de su experiencia, algunos episodios fundamentales suelen ser silenciados, a ellos se llega haciendo hincapié en los detalles.

Otra pregunta puede ser ¿Por qué se elije la forma de entrevista? En periodismo se elije la forma de entrevista cuando la información requiere la fuerza testimonial del entrevistado. Mientras que en psicología, el testimonio del entrevistado no sólo nos informa a los profesionales, sino que hace que el consultante tome conciencia de su auto-eficiencia y autocontrol, él es quién más sabe de sí mismo. Y esto que parece una contradicción, no lo es; en la medida que la información sobre su persona es su experiencia interna y a eso podemos arribar preferentemente por su narrativa. Y es a través de la forma, del estilo y del contenido de su narración que podemos ser operativos.

Composición, tema: “Esa Persona”

No es el motivo principal de este escrito hacer una comparación exhaustiva entre la entrevista psicológica y la periodística. Lo que quiero decir, que más allá de las similitudes y diferencias puede haber un punto de confluencia que puede ser operativo cuando queremos hacer una composición holística.
Ahora bien, teniendo en cuenta el espíritu de la época, que llamaría: “el atrevimiento de ser a través del mostrarse.” Los medios usan y abusan de esos retratos de aspectos personales y profesionales de actores, deportistas y modelos. Ahora bien, esa cultura se extiende ampliamente a los particulares, quienes ante la duda de ser o no ser, terminan por mostrar los aspectos más íntimos en sitios de Internet.
Esta es la forma, a la que hoy, nos sentimos habituados, particularmente los jóvenes. Entonces, si como recurso o técnica, nos sirve y es productivo, tenemos que aprovecharlo.
Si en la entrevista psicológica tradicional habitualmente la persona se presentaba a través de sus aspectos más negativos o sólo como un cúmulo de conflictos, lo que obteníamos era un aspecto parcial.
En cambio en un reportaje con modalidad de entrevista, la persona no sólo se presenta con sus aspectos negativos, sino con sus gustos, sus impresiones, su forma de valorar. La persona es más que la sumatoria de las partes y su dimensión humana, hoy, me puede ser presentada con todos los recursos que posee.
Si en el medio de la entrevista, el/la adolescente me quiere demostrar cómo se siente perseguida por su mamá y me muestra los mensajes de texto que le envió en las últimas horas, lo tomo como parte de su narrativa. Lo mismo, si quiere mostrarme las fotos de su celular.
Las carpetas son más personales que clínicas, los datos clínicos mejor los llevo en mi memoria. En sus carpetas, que no son mías, guardamos todo lo que los define. Una copia del mail en que consta la ruptura amorosa que sufrieron, sobre la que lloraron o se pasaron horas para dirimir el sentido de una palabra o de un insulto, dibujos, cuentos, escritos, cartas, canciones, regímenes, recortes, libros, transcripciones de un diario íntimo, fotos, genogramas, que los ubican en un cierto entorno en donde, a veces se pierden por el ensamblaje de las familias. Cualquier cosa que ellos crean importante es aportada y guardada cual reliquia.
También suelo usar el Cuestionario de Proust, que no tiene nada de científico, pero acostumbrados a ver televisión, lo responden con agrado, sintiéndose centro e importantes cuando alguien, en este caso su terapeuta, les pregunta por aquellas cosas que piensan o creen que los define: Un poema, un color, una aversión, una marca.
Quizás se piense que se trata de una actitud ligera ante algo tan científico como la psicología, yo procuro escucharlos activamente, hacerlos intervenir con todos los recursos en este proceso de realizar un retrato biográfico. Tampoco tengo inconvenientes si me piden que intervenga otra persona, si para ellos su comparecencia es importante, lo es también para mí.
No quiero que les falte el calor humano de una voz decidida y firme con quién poder hablar, y contar las cosas ingratas que los aquejan. Tampoco dudo cuando los tengo que confrontar con sus contradicciones.
Y siempre, que la situación lo permita, el humor debe ser infaltable. Existe, en mi opinión, una regla básica que no se debe infringir, el humor no puede ser usado como escape a la ansiedad del terapeuta, luego puede ser usado en situaciones angustiosas como forma des-dramatización de circunstancias.
Un escritor decía:- “Avanzo a ciegas, no hay caminos para ser enseñados, ni aprendidos”. Cada persona es un universo y con cada una de ellas pruebo el puente que me lleva más allá de su frontera. Cada dato los presenta, los expresa, los rebela ante mí, que estoy tratando que se conozcan.
Convencidos que responden a la interpelación directa del mundo, llegan sin saber que la realidad es interna. Nos tendremos que mover en el filo de la correspondencia entre ese mundo y la elección sesgada de su mirada. La desesperación por un futuro incierto cede ante la perspectiva de una mejor lectura.
No escapa a mi entender que muchos vacíos espirituales o religiosos, impronta de la época, obligan a la búsqueda laica de una experiencia trascendente, como tampoco que nuestros servicios profesionales se han transformado en otro objeto de consumo. Dependerá de los profesionales la adecuación a los tiempos que corren, si nosotros no conseguimos esa adaptación no podremos esperar la transformación que se espera de ese proceso.

Libros que inspiran este blog

  • Actos de significado. Jerome Bruner
  • Actos del lenguaje. Rafel Echeverría
  • Coaching. El arte de soplar brasas. Leonardo Wolk
  • Coaching. El arte de soplar las brasas en acción. Leonardo Wolk
  • Cultura escrita y oralidad. David R. Olson y otros (comp)
  • El buho de Minerva. Rafael Echeverría
  • El orden del discurso. Michel Foucault
  • El sí-mismo en proceso. Vittorio Guidano
  • El tao de la física. Fritjof Capra
  • El yo saturado. Kenneth J. Gergen
  • Estudios y diálogos sobre la identidad personal. Giampiero Arciero
  • Fuentes del Yo. Charles Taylor
  • Heidegger y la cuestión del Tiempo. Francoise Dastur
  • Hermenéutica del sujeto. Michel Foucault
  • Historia y Narratividad. Paul Ricoeur
  • La construcción social de la realidad. Berger y Luckmann
  • La educación puerta de la cultura. Jerome Bruner
  • La mente narrativa. Juan Balbi
  • la quinta disciplina en la práctica. Peter Senge y otros
  • La quinta disciplina. Peter Senge y otros
  • La terapia como construccion social. Seila McNamee y otro
  • Los anormales. Michel Foulcault
  • Narrativas contadas, Narraciones vividas. Ricardo Ramos
  • Ontología del lenguaje. Rafael Echeverría
  • Pasos para una ecología de la mente. Gregory Bateson
  • Por la senda del pensar ontológico. Rafael Echeverría
  • Realidad mental y Mundos posibles. Jerome Bruner
  • Realidades conversacionales. John Shotter
  • Signo: Humberto Eco
  • Soñar la realidad. Lynn Segal
  • Teoría de la comunicación humana. Watzlawick y otros
  • Wittgenstein: Mundo y Lenguaje. Prades Celma y otro