lunes, 18 de julio de 2011

LA ENTREVISTA COMO MODALIDAD DE REPORTAJE


Me gusta leer y ver reportajes, muy especialmente una variedad como es la entrevista a un invitado especial. El clima de intimidad, calidez y seguridad que se crea para que el entrevistado pueda sentirse cómodo y de ese modo ser capaz de mostrarnos varias aristas de su personalidad, tenía indefectiblemente que resultarme atractivo por la similitud con mi trabajo en consultoría psicológica.
No escapa a mi comprensión, que mientras la entrevista periodística se hace a un personaje, nosotros tratamos de acercarnos no sólo a la persona, sino también a sus aspectos más íntimos y casi invariablemente desconocidos. No obstante, he podido observar muchos aspectos de la entrevista periodística que pueden ser de gran valor a la hora de entrevistar un consultante.

Veamos primero el significado de la palabra entrevista, originaria del francés: “entrevue” (ingl. interview), en principio se nos presenta como compuesta por dos palabras entre-ver, lo que puede significar ver un objeto imperfectamente, sin distinción clara. Lo que podría ser cierto en nuestro caso, tratándose de una primera aproximación.
Sin embargo, el verbo francés reflexivo s´entrevoir, parece ser más ajustado: “verse lo uno con lo otro” o verse entre sí, es decir, entrevistarse. Ambos tendrán un primer contacto, una primera impresión.
La etimología de la palabra puede permitir ciertas implicancias, algunas filosóficas como “el Ser para el otro” heideggeriano, o sólo la posibilidad de poder verse cuando la imagen es completada con la visión del otro, quizás también, nos está diciendo que más allá de quien sea el entrevistador y el entrevistado, el reconocimiento será hacia ambos lados. Sería muy inocente por parte del consultor pensar que su consultante no habrá hecho su propio registro.

Me surgen otras comparaciones, en principio, mientras la entrevista periodística es un recurso informativo de un proceso de comunicación social, la entrevista psicológica es una técnica fundamental del método clínico que no sólo apunta a obtener información, sino que sus procedimientos particulares, hacen a la práctica misma del método de ayuda. De todas formas, en ambas hay un cuestionario planificado, organizado, coherente, dirigido a incógnitas.
También existe algo de lo periodístico, cuando la persona hace una crónica de los sucesos que lo trajeron hasta allí, con una ilación de argumentos basados en los porqués (de una falsa relación causa-efecto) mientras tendremos que habérnosla con el cómo fue el proceso mental que creó tales circunstancias.

Una pregunta que se me ocurre es: ¿Quién habla primero? En periodismo es claro, el entrevistador no sólo habla, sino que presenta al entrevistado y suele hacer un perfil previo. Pero en psicología a partir de las ortodoxias pareciera que el paciente es el que debe comenzar y guiar. Sin embargo, no tenemos que olvidar, que el silencio puede ser muy amenazador, de modo que ciertas reglas pueden ser matizadas. El consultante tiene que tener la impresión que se encuentra dentro de un diálogo, cuando en realidad es un monólogo provocado.

La entrevista siempre es estructural porque hay un cuestionario planificado, hay información que no puede faltar, aunque se intenta la menor directividad posible, es decir, permitir que la persona se explaye en aquellos temas que le surgen como importantes o dilemáticos, sin olvidar que en ciertas ocasiones de amplitud discursiva puede ser necesario focalizarlo.
El entrevistador tiene que ser audaz, curioso, aunque no inquisitivo. Ante la vaguedad o la ambigüedad deben tentarse a que el consultado arriesgue significados, cuidando que la determinación de uno o algunos en particular, no sea restrictivo para el caléidoscopio de la realidad mental.
A quién se describe a sí mismo no es posible pedirle total coherencia, sólo accede a algunos retazos de su experiencia, algunos episodios fundamentales suelen ser silenciados, a ellos se llega haciendo hincapié en los detalles.

Otra pregunta puede ser ¿Por qué se elije la forma de entrevista? En periodismo se elije la forma de entrevista cuando la información requiere la fuerza testimonial del entrevistado. Mientras que en psicología, el testimonio del entrevistado no sólo nos informa a los profesionales, sino que hace que el consultante tome conciencia de su auto-eficiencia y autocontrol, él es quién más sabe de sí mismo. Y esto que parece una contradicción, no lo es; en la medida que la información sobre su persona es su experiencia interna y a eso podemos arribar preferentemente por su narrativa. Y es a través de la forma, del estilo y del contenido de su narración que podemos ser operativos.

Composición, tema: “Esa Persona”

No es el motivo principal de este escrito hacer una comparación exhaustiva entre la entrevista psicológica y la periodística. Lo que quiero decir, que más allá de las similitudes y diferencias puede haber un punto de confluencia que puede ser operativo cuando queremos hacer una composición holística.
Ahora bien, teniendo en cuenta el espíritu de la época, que llamaría: “el atrevimiento de ser a través del mostrarse.” Los medios usan y abusan de esos retratos de aspectos personales y profesionales de actores, deportistas y modelos. Ahora bien, esa cultura se extiende ampliamente a los particulares, quienes ante la duda de ser o no ser, terminan por mostrar los aspectos más íntimos en sitios de Internet.
Esta es la forma, a la que hoy, nos sentimos habituados, particularmente los jóvenes. Entonces, si como recurso o técnica, nos sirve y es productivo, tenemos que aprovecharlo.
Si en la entrevista psicológica tradicional habitualmente la persona se presentaba a través de sus aspectos más negativos o sólo como un cúmulo de conflictos, lo que obteníamos era un aspecto parcial.
En cambio en un reportaje con modalidad de entrevista, la persona no sólo se presenta con sus aspectos negativos, sino con sus gustos, sus impresiones, su forma de valorar. La persona es más que la sumatoria de las partes y su dimensión humana, hoy, me puede ser presentada con todos los recursos que posee.
Si en el medio de la entrevista, el/la adolescente me quiere demostrar cómo se siente perseguida por su mamá y me muestra los mensajes de texto que le envió en las últimas horas, lo tomo como parte de su narrativa. Lo mismo, si quiere mostrarme las fotos de su celular.
Las carpetas son más personales que clínicas, los datos clínicos mejor los llevo en mi memoria. En sus carpetas, que no son mías, guardamos todo lo que los define. Una copia del mail en que consta la ruptura amorosa que sufrieron, sobre la que lloraron o se pasaron horas para dirimir el sentido de una palabra o de un insulto, dibujos, cuentos, escritos, cartas, canciones, regímenes, recortes, libros, transcripciones de un diario íntimo, fotos, genogramas, que los ubican en un cierto entorno en donde, a veces se pierden por el ensamblaje de las familias. Cualquier cosa que ellos crean importante es aportada y guardada cual reliquia.
También suelo usar el Cuestionario de Proust, que no tiene nada de científico, pero acostumbrados a ver televisión, lo responden con agrado, sintiéndose centro e importantes cuando alguien, en este caso su terapeuta, les pregunta por aquellas cosas que piensan o creen que los define: Un poema, un color, una aversión, una marca.
Quizás se piense que se trata de una actitud ligera ante algo tan científico como la psicología, yo procuro escucharlos activamente, hacerlos intervenir con todos los recursos en este proceso de realizar un retrato biográfico. Tampoco tengo inconvenientes si me piden que intervenga otra persona, si para ellos su comparecencia es importante, lo es también para mí.
No quiero que les falte el calor humano de una voz decidida y firme con quién poder hablar, y contar las cosas ingratas que los aquejan. Tampoco dudo cuando los tengo que confrontar con sus contradicciones.
Y siempre, que la situación lo permita, el humor debe ser infaltable. Existe, en mi opinión, una regla básica que no se debe infringir, el humor no puede ser usado como escape a la ansiedad del terapeuta, luego puede ser usado en situaciones angustiosas como forma des-dramatización de circunstancias.
Un escritor decía:- “Avanzo a ciegas, no hay caminos para ser enseñados, ni aprendidos”. Cada persona es un universo y con cada una de ellas pruebo el puente que me lleva más allá de su frontera. Cada dato los presenta, los expresa, los rebela ante mí, que estoy tratando que se conozcan.
Convencidos que responden a la interpelación directa del mundo, llegan sin saber que la realidad es interna. Nos tendremos que mover en el filo de la correspondencia entre ese mundo y la elección sesgada de su mirada. La desesperación por un futuro incierto cede ante la perspectiva de una mejor lectura.
No escapa a mi entender que muchos vacíos espirituales o religiosos, impronta de la época, obligan a la búsqueda laica de una experiencia trascendente, como tampoco que nuestros servicios profesionales se han transformado en otro objeto de consumo. Dependerá de los profesionales la adecuación a los tiempos que corren, si nosotros no conseguimos esa adaptación no podremos esperar la transformación que se espera de ese proceso.

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Libros que inspiran este blog

  • Actos de significado. Jerome Bruner
  • Actos del lenguaje. Rafel Echeverría
  • Coaching. El arte de soplar brasas. Leonardo Wolk
  • Coaching. El arte de soplar las brasas en acción. Leonardo Wolk
  • Cultura escrita y oralidad. David R. Olson y otros (comp)
  • El buho de Minerva. Rafael Echeverría
  • El orden del discurso. Michel Foucault
  • El sí-mismo en proceso. Vittorio Guidano
  • El tao de la física. Fritjof Capra
  • El yo saturado. Kenneth J. Gergen
  • Estudios y diálogos sobre la identidad personal. Giampiero Arciero
  • Fuentes del Yo. Charles Taylor
  • Heidegger y la cuestión del Tiempo. Francoise Dastur
  • Hermenéutica del sujeto. Michel Foucault
  • Historia y Narratividad. Paul Ricoeur
  • La construcción social de la realidad. Berger y Luckmann
  • La educación puerta de la cultura. Jerome Bruner
  • La mente narrativa. Juan Balbi
  • la quinta disciplina en la práctica. Peter Senge y otros
  • La quinta disciplina. Peter Senge y otros
  • La terapia como construccion social. Seila McNamee y otro
  • Los anormales. Michel Foulcault
  • Narrativas contadas, Narraciones vividas. Ricardo Ramos
  • Ontología del lenguaje. Rafael Echeverría
  • Pasos para una ecología de la mente. Gregory Bateson
  • Por la senda del pensar ontológico. Rafael Echeverría
  • Realidad mental y Mundos posibles. Jerome Bruner
  • Realidades conversacionales. John Shotter
  • Signo: Humberto Eco
  • Soñar la realidad. Lynn Segal
  • Teoría de la comunicación humana. Watzlawick y otros
  • Wittgenstein: Mundo y Lenguaje. Prades Celma y otro