Muy cerca de mi ocaso
yo te bendigo, vida.
porque nunca me diste
ni esperanza fallida,
ni trabajo injusto,
ni pena inmerecida.
Porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino
que si extraje la hiel o la miel de las cosas
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas
Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno
mas tu no me dijiste que mayo fuese eterno
hallé sin duda largas las noches de mis penas
mas no me prometiste tan solo noches buenas
En cambio tuve algunas
serenamente buenas
Amé y fui amada,
el sol acarició mi faz,
vida nada me debes
vida, estamos en paz.
AMADO NERVO